Bitácora clase 7
del 20/04/2012
Historias y teorías
del tiempo libre y la recreación
1°año A
Por Hugo Choque y
Yanina Villalba.
Profesor: Ramiro
González Gainza.
(notas de Ramiro
en mayúsculas)
En negrita son las cosas que
quedaron como conclusiones de lo que íbamos hablando y en cursiva
las dudas o ejemplos por las que debatíamos.
Comienza la clase y Ramiro
pide que nos dividamos en grupos para leer el capítulo 6 de Munné.
Consigna: definir la idea
central y realizar una pregunta.
Objetivo: entender a
Dumazedier, cuestión importante para comprender la clase anterior.
Vuelta al aula:
*Antes de empezar a debatir
sobre el tema trabajado se hace una pausa en discusión por los trabajos
prácticos realizados: Ramiro quería que nos expusiéramos más para poder hacer
una buena comparación y aplicación de la teoría aprendida (hay muchas
confusiones). Remarcó que la presentación (legibilidad, abrochado, nombre)
también era importante.
Los tp’s serán devueltos para seguirlos trabajando de
ser necesario. (EN
REALIDAD PARA QUE PUEDAN SEGUIR PENSÁNDOLOS Y AVANZANDO)
*Surgió un intercambio en
base a la dificultad para clasificar al tiempo en que uno no hace nada.
Ramiro responde con otra pregunta “¿qué dice Dumazedier?”. Rocío expresa que
cuando se encuentra en esa situación siente que pierde el tiempo. En ello
pudimos ver que le resta valor a su acción. Concluimos en que la clasificación
de estos momentos depende mucho de quién los realice. ¿Es pasivo mirar el
techo? ¿Es más activo leer? Depende, pero sin duda son todos ejemplos de ocio.
Siguiendo el ejemplo de Ro,
claramente distinguimos que no toda su vida es ocio aunque tenga mucho tiempo
de “no hacer nada” y no trabaje porque aún así tiene obligaciones que cumplir
en su casa. No hacer nada tiene un valor central en la vida humana.
*Pasamos ahora sí a debatir
lo trabajado en los grupos.
Uno de ellos (grupo de
Mariano) compartió su duda: ¿puede la
realización personal ser heterocondicionada?
Por ejemplo: ¿realizarme
porque probé una nueva receta y me salió sería autocondicionado mientras que
realizarme por recibir un ascenso sería heterocondicionado?
Para este grupo, la
realización personal es autocondicionada, me lleva a objetivarme, materializar
el espíritu. Sin embargo, heterocondicionada sería la satisfacción personal,
que busca el placer, es más superficial.
Continúa el debate, y como
ejemplo de la realización personal heterocondicionada Charly considera el
conseguir un título, en donde influyen las instancias que debo pasar para
obtenerlo. Pero Ramiro lo corrige (NO ES PARA TANTO), ya que esas instancias no
serían las que condicionarían. O SEA,
ESAS INSTANCIAS NO SON NECESARIAMENTE HETEROCONDICIONADAS PUES EL QUE PUSO ESA
CONDICION ES CENTRAL (CURSAR LA
CARRERA ) POR AHI EN ESTE CASO ES UNA DECISIÓN
AUTOCONDICONADA, Y ESTO PRIMA SOBRE LO OTRO.
Rocío cree que la
diferencia está en que realización es la primera vez que logro hacer algo, y
satisfacción son las siguientes las cuales repito.
El debate pasa ahora
también al plano de las necesidades externas e internas. Pedro considera que
las necesidades internas no lo son realmente cuando primero fueron externas. A
lo que Painé responde afirmando que todas las necesidades internas empezaron siendo
externas.
Ramiro vuelve a traer a
cuento el ejemplo de los pines de McDonald’s
(DE TRES CLASES ATRAS). “Me realizo por obtenerlos”, podría decir un empleado
de Mc. Hay condicionamiento, ¿pero cómo saber si ese realizarse responde a algo
interno o externo?
Mariano concluye que esa realización heterocondicionada es en
realidad alienación.
Hay una gran diferencia
entre ser el empleado del mes por haber pisado cabezas para lograrlo, o serlo
por ser una persona que busca la excelencia en todo trabajo que emprende. LO
CENTRAL ES PODER DISCRIMINAR RESPECTO A LO QUE SEA MÁS O MENOS DECIDIDO POR
CADA UNO.
Ramiro entonces nos
pregunta ¿qué significa lo subjetivo a la
hora de definir a un momento como un tiempo de ocio? En qué y quién lo hace
lo valore como tal. Ahora, a ésta concepción hay que contextualizarla y
objetivarla para finalmente clasificarla. Concluimos en que ninguna acción es totalmente auto o
heterocondicionada, porque estamos hablando de polos. LO QUE PRIMA ES
CUANTO MÁS CERCA ESTA DE UNA O DE OTRA, CUAL PREVALECE.
Volviendo al ejemplo de Rocío, la sensación de que mi
tiempo de ocio es una pérdida de tiempo, le quita valor como tal. Y esta
sensación es provocada porque son los otros los que lo ven como pérdida de
tiempo. LA PÉRDIDA DE
TIEMPO ES UNA VALORACIÓN QUE DESVALORIZA EL "NO HACER NADA". Y ESO
ESTA IMPUESTO.
Ahora es el turno del grupo
de José quien explica y aporta desde su perspectiva, la definición reformulada
por Dumazedier, el tiempo de ocio es un
tiempo dedicado a la realización personal, en relación con las necesidades
corporales y espirituales, un tiempo disponible del sujeto debido al triple
hecho de la reducción de la duración del trabajo. En éste momento la persona se
libera a su gusto en donde el fin es la satisfacción de uno mismo.
Ramiro explica como
Dumazedier piensa el ocio, con niveles de condicionamiento y como el individuo
decide realizar determinadas cosas.
Desarrollamos entonces lo
que plantea Dumazedier: da una teoría funcionalista, que define al ocio como un
hacer con voluntariedad, cuyas funciones, dice Guille, son para uno mismo, para
desarrollarse como ser humano, para descansar, o realizar cualquier otra cosa, etc.
José hace referencia a lo
que dice Munné de las diferencias entre la concepción burguesa de pensar a
trabajo y ocio como dos cosas opuestas, y la que se contrapone, que es la idea
de Marx de la no separación de ocio y trabajo, de su complementariedad.
Charly plantea una duda. ¿Qué
pasa si hay aburrimiento en el ocio? ¿Uno se puede aburrir? Por
ejemplo: me junto con mis amigos a jugar a la play, pero como no me gustan los
jueguitos de fútbol (porque pierdo), me aburro.
Andrea dice que ahí tenemos
un quiebre, un momento en que deja de ser ocio para ser obligación.
Pero Ramiro nos pregunta si
ninguno más experimentó algo semejante, el buscar divertirse pero en el intento
no poder llevar la diversión al máximo, en un boliche por ejemplo.
Mica pregunta si eso no hace referencia a las visiones
subjetivas que dicen que lo que cuenta es el valor que le doy.
Afirmándolo, Ramiro nos
hace teorizar el ejemplo de la play: Charly se aburre porque no logra
desarrollar al máximo su realización. Es
ocio, pero en él hay un accidente: el aburrimiento, que no es otra cosa que parte
del proceso. Munné va a discutir más adelante al planteo del ocio burgués,
que piensa al ocio como medio para que, entre otras cosas, el hombre se
divierta en sociedad para luego aburrirse en el trabajo.
Pensando en términos
subjetivos, todo dependería de la persona. Pero debemos objetivar, para ver si
el trabajo entonces determina al ocio, si es inverso o si se complementan.
Se pregunta a Charly si su
ejemplo ¿se acerca más al polo de la
diversión o del aburrimiento? Objetivando, responde que se acerca al
aburrimiento. Entonces podríamos predecir que en algún momento él va a dejar de
ir con sus amigos a jugar a la play y va a optar por hacer otra cosa.
Se discute ahora el ejemplo de Guille y su pasión por ir a la
cancha (A PARTIR DE LO QUE ESCRIBIÓ EN SU TRABAJO PRÁCTICO), concluíamos en
que es una actividad de ocio aunque su equipo pierda y él se frustre, aunque
internamente sea una obligación ir, aunque se aburra, porque él pone toda su voluntariedad en esa acción. Sería muy
fino igual evaluar qué grado de condicionamiento tiene. Él lo hace porque en la
cancha encuentra algo que no puede encontrar en ningún otro lugar. En relación
a éste tema Mica levanta la mano y relata el ejemplo de un chico que iba a la cancha con su padre, no porque le gustaba ver a
su equipo, sino porque en cada gol el padre lo abrazaba fuertemente.
Ramiro lee los dos últimos
párrafos del capítulo 6:
….No puede, sin
embargo, cerrarse éste sin aludir al hecho de que las contradicciones
dumazedianas se extienden incluso hasta comprender otra tesis que parece quedar
superada por la teoría funcional, la tesis del sentido subjetivo del ocio.
En efecto, aunque aparentemente el elemento subjetivo, dado por el pleno
consentimiento para descansar, divertirse o desarrollar la personalidad, no
ocupa un lugar central en su teoría, no hay que engañarse. Dumazedier
puntualiza, de un modo taxativo, que el ocio es “el derecho de actuar (uno) a
su gusto después de haberse liberado de todas las obligaciones fundamentales”,
y que su condición primera es que esté orientado hacia un estado de
satisfacción individual tomando como fin en sí mismo. ¿No son suficientemente
patentes en esa afirmación todos los rasgos diferenciales de la tendencia
burguesa? Junto a un individualismo – también localizable en las funciones del
fenómeno – y un liberalismo, se observa un claro subjetivismo: el ocio objetivo
no es otra cosa que un medio para alcanzar el auténtico ocio, el ocio
subjetivo. Esto, aparte del idealismo que representa al creer que uno puede
llegar a liberarse de “todas las obligaciones”, máxime si éstas son
fundamentales. Tales rasgos se mantienen en la noción del ocio que da
últimamente el sociólogo francés como conducta individual orientada según la
lógica del sujeto (lógica que comprende, a su vez, la lógica de los
intereses particulares del sujeto) hacia su realización como fin último.
¿Cuál es el contenido de la libertad en el tiempo de ocio según la
teoría expuesta? Está por las actividades funcionalmente típicas de este
tiempo; pero ¿hasta qué punto ese contenido representa un autocondicionamiento?
La teoría dumazediana no da una contestación manifiesta a ello; sin embargo,
analizada en profundidad, contiene una respuesta que termina de desvelar todo
su verdadero significado. La crítica a esa respuesta obliga a un nuevo análisis
del autocondicionamiento como manifestación de la libertad en la temporalidad,
es decir, del tiempo libre.
Hasta la aparición de la
burguesía, el ocio no era valorado DE ESTA MANERA- ERA DE OTRA PROPIO DE UNA
ELITE-, y se vuelve masivo, un derecho. Surge entonces el concepto de ocio
burgués, en el que Dumazedier basó su teoría funcionalista.
Dicha teoría de Dumazedier es lineal (en
contraposición al pensamiento dialéctico), no ve el verdadero problema del
ocio: el sujeto en su ocio descansa, se desarrolla y divierte pero no es
“feliz”, no encuentra su
ser genérico.
El ocio burgués se
encuentra en función de un sistema, de un modo de producción, que quiere que
los sujetos se satisfagan en su tiempo de ocio porque no pueden hacerlo en su
tiempo de trabajo. Pero ¿alcanza con lo
que nos propone el ocio burgués para llegar a alcanzar el ser genérico?
*Para la próxima clase:
revisar los tp’s, leer capítulos 7 y 8 de Munné.
(El viernes 27 llegan los
libros encargados)
Próxima bitácora: se ofrece
Eugenia.
MUY CLARA LA BITÁCORA , SUMO DE NUEVO DE SUMAR AL PIE LO QUE
QUEDE EN EL PIZARRÓN COMO CHANCE DE ALGO MÁS DE SÍNTESIS.